sábado, 27 de octubre de 2012

Se trata de un espectacular géiser marino que se eleva a más de 30 metros sobre el nivel del mar, a la vez que produce un muy peculiar sonido, que le acarreó el ser llamado "La Bufadora". Es el segundo más grande del mundo en su género, después del de Hawaii, pues aunque existen otros en Australia, Tahití y Japón, ninguno de ellos es tan espectacular.
Su tremendo rugido parece originarse en la garganta de un enorme monstruo marino que estuviera cautivo; de hecho, existe la leyenda de la ballena prisionera, la cual cuenta que hace mucho tiempo una ballena regresaba del Ártico con su ballenato recién nacido a los parajes de la laguna Ojo de Liebre, en Guerrero Negro.
Una noche, la inquieta cría se separó de su madre para explorar una misteriosa gruta en los riscos de Punta Banda y permaneció allí durante toda la noche; como los ballenatos crecen muy rápido, alrededor de 25 kg diarios, a la mañana siguiente había crecido tanto que no pudo salir.
Un día después los balleneros se percataron que pequeños chorros de agua salían misteriosamente de la cueva, para enseguida oír los asustados sollozos del ballenato atrapado. Con el paso de los años, los chorros se hicieron mayores y los lamentos más fuertes.

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